Sin Romper los Silencios

¿Qué es lo importante, el libro o el escritor?, ¿quién necesita un nombre para empaparse de amor, arrugarse de miedo o de misterio? No sé si se escribe para no pensar o casi es mejor ni pensar lo que se escribe, pues entonces se reflejarán vivencias o condiciones humanas que, para vivencias y condición humana, quizá autor viejo fuese mejor. ¿Y para el amor, para la poesía o para el día a día? ¿Quién sería?, el alma y el amor no tienen edad, escritores superficiales, profundos, comerciales o serviciales, de carne y sexo o de alma y fe, todos dejan algo de sí en sus escritos.

¿Qué es la escritura?, una profesión, un arte, un desahogo, una virtud o una esclavitud. Sé dónde habita el conocimiento, pero ¿Y el talento donde habita?, no está en tus manos, ¿y el alma?, ¿y el espíritu humano?

¿Dónde está el valor de la obra, cuando se escribe, cuando la leen o cuando la compran?, confieso que el placer está en el momento en que se escribe. Tantos autores fueron leídos después de muertos y tantos vivieron pobres... Dicen que la fe es el único arco iris que toca cielo y tierra, pero cuando se escribe, es como que te alejas del mundo, como si en volandas te llevaran las musas, y nunca supone una batalla. Si un escritor no escribe no respira, pues si el alma respira con una oración, la del escritor con sus escritos y la de todos con el amor.